6 de noviembre de 2009

Cirugía plástica, mitos y realidades.

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Cirugía plástica, mitos y realidades

Por: Eugenia Correa, el 07 de septiembre de 2009, 11:11 AM

Cada día es más popular el hacerse un tratamiento estético, ya sea una cirugía o un tratamiento cosmético no invasivo. Tanto la ciencia como los precios están en una carrera para cubrir las necesidades de miles de mujeres que quieren verse mejor y que están en la lucha de mantenerse jóvenes.
En cada país existen asociaciones de cirujanos plásticos que se cercioran de que sus miembros estén bien preparados. Ponerte en manos de uno de estos médicos es lo mejor que puedes hacer, porque si vas ya a comprar un nuevo cuerpo, por qué no buscarlo en el mejor mercado. Cuando se trata de tu propio cuerpo, no puedes caer en manos de charlatanes.
En Estados Unidos, en el 2008, se llevaron a cabo 12.1 millones de tratamientos plásticos estéticos. Esto incluye a quienes se hicieron cirugías y a quienes simplemente llevaron a cabo procedimientos o tratamientos no invasivos.
En América latina los datos son menos claros pero igual millones de mujeres se sometieron a un tratamiento estético Ángel Papadópulos Escobar, quien fue Presidente de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva y miembro de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética aclaró algunas dudas y desmintió ciertos mitos sobre la cirugía plástica hoy en día.
Doctor, ¿cuál es la mejor forma de encontrar al médico adecuado para hacerse una cirugía plástica estética?
Es muy importante buscar a un cirujano plástico certificado. La diferencia entre el que se dice cirujano plástico y el que es un verdadero cirujano plástico, es que este último ha tenido seis años de la facultad de medicina y termina la carrera de médico cirujano, posteriormente hace tres o cuatro años de cirugía general y, posteriormente, hace tres años de cirugía plástica. La cirugía plástica estética es además un acto de comprensión del arte, de lo que es proporción, de lo que es belleza. Eso significa que el cirujano puede armonizar una cara o un cuerpo y puede respetar los rasgos étnicos en una cara.
El cirujano plástico le va a decir a la pacienta si es o no es candidata, si le queda un procedimiento a determinada edad o no. Se da un asesoramiento con una verdadera causa. Porque el verdadero cirujano plástico no ve esto como un acto de comercio, sino como una labor humanística, que es a lo que se ha entrenado.
¿Quién se hace una cirugía plástica?
La cirugía plástica es un gran auxiliar para elevar la autoestima. Es muchas veces algo que quita una angustia, porque a alguien le molesta la forma de su nariz; les molesta a las chicas tener el busto pequeño; a las señoras después de tener un bebé cómo se les ve el vientre. Esa necesidad de verse mejor, de sentirse bien, es lo que la cirugía plástica resuelve.
Para mí, como cirujano plástico, ha sido una experiencia extraordinaria el poderle brindar a un ser humano una mejor vida en ese sentido. La cirugía plástica ha tomado una importancia enorme en cuanto a la obtención de un trabajo. Una gente que se ve mejor es más aceptada a nivel laboral; también en el sentido anímico y sentimental, la gente tiene necesidad de sentirse mejor para tener una relación satisfactoria con su pareja.
¿Ha existido alguna vez en que se haya negado a hacer una operación o tratamiento?
Sí, muchas veces. No me he negado, pero sí he hablado con la paciente con toda la honestidad y le digo que no tengo nada que ofrecerle, y eso es porque muchas veces ya fue a caer en esas manos erróneas de gente no entrenada. Han sido inyectados con substancias en el abdomen que son cosas que a la larga pueden dejar lesiones y más daño que un tratamiento bien indicado.
Es muy importante que la gente sepa que la cirugía plástica no es magia y tiene sus limitaciones; son partes de la medicina que no son ciencias exactas. Depende de cosas como la cicatrización de un paciente. Una cicatriz fea no es necesariamente porque un cirujano plástico lo haya hecho mal.
Muchas veces es la respuesta del organismo de una persona. Es muy importante que el paciente no piense que con una cirugía plástica va a recuperar al marido o simplemente va a obtener el trabajo, pero sí le va a dar seguridad, le va a dar autoestima. Pero es muy importante caer en manos adecuadas para que precisamente el beneficio de esa operación sea un éxito.
¿Qué tan cierto es lo que nos muestran en la televisión los programas de transformaciones radicales? ¿Debemos creer que así es en realidad una cirugía?
Eso es un poco más comercial. El cirujano plástico estético tiene toda esa infraestructura para hacer esos cambios, pero éstos deben ser graduales. ¿Se pueden hacer dos o tres cirugías al mismo tiempo?
Sí, pero no con la idea de cambiar radicalmente la personalidad de una persona; no con el fin de poner en un momento en peligro la vida de una persona, porque son cirugías extremas de muchas horas que no tienen para qué ser. Esos cambios alteran la identidad de las personas y no necesariamente es bueno.
¿Cuáles son los tratamientos más populares hoy en día?
Todo va en cuestión de edad. En la primera etapa de la vida, de los diecisiete a los veintiún años, es el aumento de mama, liposucciones, corregir el mentón, la nariz, las orejas salidas.
Después viene la otra etapa, cuando la mujer termina la etapa de tener bebés y entonces quiere recuperar su figura, la cadera, la pompa, las chaparreras y, de vez en cuando, un pequeño restiramiento. Después, a los cincuenta o sesenta años, es el lifting.
¿Qué tan efectivos son los tratamientos alternativos a la cirugía, por ejemplo, las inyecciones de botox?
Son eficientes, pero tienen una durabilidad y esto lo debe saber el paciente. Tienen una duración de cuatro a seis meses, no más. Se puede poner dos veces al año, y se aconseja también una hidratación. No tomar sol, mucha agua, no fumar, son cuidados que la paciente debe tener para que el tratamiento perdure. Los inyectables rellenos son más duraderos, son de nueve a doce meses, depende del paciente, pero son auxiliares buenos; es algo que ayuda a retrasar la cirugía o con lo que el cirujano puede mejorar los resultados de una cirugía.
Lo que está de moda es la aplicación de los llamados hilos rusos, aunque en mi experiencia no dan resultados aceptables. Dan a la larga alguna complicación, se notan, se marcan, y luego para sacarlos se puede hacer una lesión importante. El problema es que ya están en las manos de cualquiera, de gente que no sabe los niveles de gravedad a que puede llegar una lesión de este tipo.
¿Qué debe tomar en cuenta un paciente para no sorprenderse negativamente al ver los resultados finales de una cirugía? ¿Como evitar que algo salga mal?
El hablar perfectamente sus expectativas dos o tres veces con su cirujano plástico. Un cirujano plástico se debe convertir en psiquiatra y trabajar con éste puerta con puerta. Hay pacientes que vienen con expectativas completamente irreales. A ese paciente no lo puede uno aceptar, se le tiene que aterrizar.
Es como quien no puede esperar un cambio de la nariz cuando sus rasgos deseados no van con lo que es posible. O narices que ya fueron operadas, nunca van a quedar igual. Hablar con honestidad es lo que hace el cirujano plástico. Si no se da una plática honesta, es lo que hace que la gente pueda salir frustrada.
Cada día el hacerse una cirugía estética se ve más como una necesidad para mejorar la autoestima y la salud mental, también para disminuir la discriminación en el ámbito social y de trabajo. ¿Cree que los seguros médicos vayan en algún punto a cubrir este tipo de tratamientos?
En México es difícil que suceda a corto plazo. Ahora los seguros sólo cubren lesiones, porque en Estados Unidos sí hay seguros que sí cubren una operación meramente por causas estéticas. Está claro que sólo se tiene derecho a una cirugía reconstructiva o funcional, pero un incentivo es que los precios de la cirugía no son tan elevados, se están dando precios accesibles.
Además de que, en los hospitales de seguridad social donde hay un servicio de cirugía plástica hay un estudio socioeconómico y se puede someter a una cirugía estética a la gente que no tenga las posibilidades de hacerlo de otro modo.