29 de enero de 2014

DDT. El pesticida y su relación con el Mal de Alzheimer.

Científicos vinculan la exposición al pesticida DDT con el alzhéimer.

El DDT sería un factor de riesgo ambiental para el Mal de Alzheimer.
La exposición de las células al DDT eleva el nivel de proteína precursora de la beta-amiloide, componente de las placas del cerebro de pacientes con alzhéimer.
La vida media del DDT en el cuerpo es muy larga, de entre ocho y diez años, y se acumula en los tejidos a medida que las personas envejecen.

El alzhéimer es uno de los grandes retos de la ciencia médica. Unos 36 millones de personas en el mundo y más de 600.000 en España padecen algún tipo de demencia, principalmente el Mal de Alzheimer. Pero es que los expertos creen que se convertirá en la enfermedad más importante del siglo XXI, por delante del sida, el cáncer y los problemas cardiovasculares.

En la búsqueda del origen de la enfermedad, una nueva investigación que publica la revista JAMA Neurology asegura que los pacientes con alzhéimer tienen en su sangre niveles significativamente más altos de DDE, el metabolito de larga duración del pesticida DDT, que las personas sanas. “Es uno de los primeros estudios que identifican un fuerte factor de riesgo ambiental para el alzhéimer", relata el coautor Allan Levey, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de Emory (EE UU).

En un estudio que involucró a 86 pacientes con alzhéimer y 79 controles sanos de edad avanzada, los autores encontraron que los niveles de DDE eran casi cuatro veces mayores en muestras de suero de pacientes con alzhéimer que en los controles. Tener niveles de DDE en el tercio más alto de la gama en el análisis aumentó el riesgo de una persona de padecer el Mal de Alzheimer en un factor de cuatro.

"La magnitud del efecto es sorprendentemente grande, es comparable en tamaño al factor de riesgo genético más común para la aparición tardía de alzhéimer", añade Levey, que trabajó junto a Jason Richardson, autor principal del estudio.
 
Los investigadores también han identificado un mecanismo plausible por el cual el DDE y el DDT tienen efectos relacionados con el alzhéimer en el cerebro. La exposición de células neuronales cultivadas a altas concentraciones de DDT o DDE, comparables a los niveles observados en seres humanos altamente expuestos, aumenta los niveles de la proteína que es precursora de la beta-amiloide, el principal componente de las placas encontradas en los cerebros de pacientes con alzhéimer.

La vida media del DDT en el cuerpo es muy larga, de entre ocho y diez años. Debido a la exposición continua y su larga vida media, el metabolito DDE se acumula en los tejidos a medida que las personas envejecen. "Esta observación podría ayudar a explicar por qué la edad es el mayor factor de riesgo para la Enfermedad de Alzheimer", dice Levey.

En Estados Unidos, el DDT fue utilizado extensivamente en la agricultura y para el control de mosquitos de la década de 1940 hasta que fue prohibido en 1972. En España y Europa fue prohibido al final de la década de los 70. La preocupación por los efectos del DDT sobre la vida silvestre, especialmente las aves, jugó un papel importante en la historia del movimiento ecologista. El uso de DDT ha continuado en muchos países hasta fechas recientes.

Autoridades de salud pública han dicho que el DDT era crítico para el control de mosquitos transmisores de la malaria en varios países. Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud instó a la reintroducción del DDT para combatir la malaria en los países africanos en 2006. "Todavía estamos siendo expuestos a estas sustancias químicas en Estados Unidos, tanto porque traemos productos alimenticios de otros países como porque el DDE persiste en el ambiente durante mucho tiempo", dice Richardson.

FUENTE: EUROPA PRESS.