16 de enero de 2014

Un detector portátil para enfermedades. Invento Argentino.

Científicos argentinos desarrollaron un dispositivo portátil para diagnosticar de manera rápida y sencilla enfermedades como el mal de Chagas. La idea es poder facilitar la detección de enfermedades infecciosas que afectan a las poblaciones más alejadas de los centros de salud. El aparato permite, tanto en personas como animales, un análisis cuyo resultado se obtiene en cuestión de minutos y en el lugar. “Esto, además de posibilitar un tratamiento a tiempo, resuelve el problema logístico que significaba tomar una muestra de sangre en algún paraje en Chaco o Formosa y llevarlo a un centro de referencia de Buenos Aires o Córdoba”, explicó el director del proyecto. El dispositivo, que aún es un prototipo, debe ser aprobado por los organismos reguladores, con lo cual se espera que su distribución y aplicación efectiva pueda concretarse en los próximos meses.

El diseño del prototipo, que demandó cuatro años de trabajo, estuvo encabezado por investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Además, participaron especialistas del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) y de tres empresas privadas. En total, trabajaron 25 profesionales que combinaron saberes en nanotecnología, electroquímica, bioquímica, electrónica y diseño industrial. La financiación del proyecto estuvo a cargo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

El dispositivo, bautizado NanoPoc, detecta el mal de Chagas, la brucelosis, el síndrome urémico hemolítico y la aftosa: cuatro trastornos infecciosos que afectan, principalmente, a las comunidades más aisladas del país. Hoy, para lograr el diagnóstico de estas afecciones, las poblaciones deben enviar las muestras de sangre a centros de salud lejanos, lo que genera demoras en la identificación de la enfermedad. De esta manera, empeoran las consecuencias de la afección y se complica su tratamiento. Sólo en el caso del Chagas, se estima que la población expuesta supera los siete millones de personas, mientras que los infectados alcanzan al millón y medio.

“Con esta plataforma, la detección es in situ y se hace en tan sólo diez minutos. Se toman las muestras, se las pone en contacto con el antígeno de cada enfermedad y, si la persona está infectada, el aparato lo mide, reacciona y genera una corriente, una señal eléctrica. Es algo muy sencillo de manipular y de transportar: tiene el tamaño de una tablet”, explicó a Página/12 el director del proyecto y doctor en química del INTI, Carlos Molina. El aparato puede ser controlado y alimentado a través de conexión USB o corriente de línea. Está en estudio la posibilidad de recargar el dispositivo con celdas solares para que pueda utilizarse en aquellas poblaciones que no cuentan con red eléctrica.

“La intención es lograr un diagnóstico masivo. Saber cuántos infectados hay y cómo avanzan cada una de las enfermedades. Esto, además de posibilitar un tratamiento a tiempo, resuelve el problema logístico para tomar una muestra de sangre en algún paraje en Chaco o Formosa y llevarlo a un centro de referencia de Buenos Aires o Córdoba. Con este prototipo se puede hacer esa misma determinación en el momento, en el lugar. La idea es descentralizar la detección y que pueda haber un dispositivo hasta en los centros de atención primaria más aislados”. El NanoPoc, señaló el experto, permitirá a las autoridades sanitarias actuar de forma rápida y eficaz frente a brotes epidémicos.

Los costos para la producción de los aparatos rondaría entre los 500 y 900 dólares. “Queremos ofrecer un dispositivo que, además de sencillo y eficiente, sea barato de producir y que pueda ser utilizado en centros de atención de escasos recursos”, sostuvo el especialista.

“Creemos que la validación por parte de la Anmat y el Senasa saldrá este año y así podremos llevarlo al campo, a las zonas afectadas”, estimó Molina.

FUENTE : PÁGINA 12