8 de octubre de 2014

DESAYUNO Y RENDIMIENTO ESCOLAR.

La mitad de los chicos desayuna mal antes de ir a la escuela.

Que el desayuno es la comida más importante del día ha sido repetido hasta el hartazgo; sin embargo, la mitad de los niños en edad escolar no lo consume. Tal situación en esta etapa de la vida adquiere otros ribetes ya que además de encontrarse en pleno desarrollo repercute directamente sobre el desempeño académico.

Varios abordajes han constatado este panorama. En ellos se aprecia que además del alto número de niños que no ingiere nada después de levantarse muchos lo hacen de manera inadecuada o insuficiente por lo que no se considera desayuno y aumentan las cifras. Uno de los mayores déficits es en la ingesta de calcio ya que más de la mitad no bebe leche.

El estudio “Análisis de la alimentación en el entorno escolar” realizado este año entre alumnos de 5 provincias de Argentina que asisten a establecimientos con comedor, concluyó:

-Menos del 15% de los niños que desayunan (7% no lo hacía) realiza un desayuno de calidad (alcanza a consumir una porción de lácteos).

-4 de cada 10 escolares sale de sus hogares sin desayunar.

-de quienes desayunan, 60% no consume leche.

A este trabajo hizo referencia el doctor Sergio Britos, director del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación y profesor de la Escuela de Nutrición, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.

Tales resultados se replican en Mendoza. Desde el Prosane (Programa de Sanidad Escolar) han realizado una encuesta sobre el tema cuyos datos no han sido procesados aún. Sin embargo, de manera preliminar arrojó que 52,82% de los escolares consultados no desayuna o lo hace de manera insuficiente. La experiencia piloto incluyó a 70 alumnos de sexto grado de 10 escuelas rurales y urbanas.

“Muchos de los chicos toman sólo un té o mate y eso no lo consideramos desayuno, sólo en caso de que haya tomado un lácteo con panificado (leche con un trozo de pan o arroz con leche)”, indicó la licenciada en Nutrición Nora Lizanti, miembro del programa. Sin embargo, remarcó que no es que la leche con un trozo de pan sea lo ideal, sino que se debe apuntar a algo más completo, mientras tanto ese menú es lo mínimo que se puede pedir.

El argumento generalmente esgrimido por los niños es que no tienen ganas o que les dan náuseas. Los profesionales atribuyen esto a la falta de hábito por lo cual recomiendan incorporar esta comida paulatinamente.

Desde la facultad de Nutrición de la Universidad Juan Agustín Maza no han realizado un estudio amplio, pero sí un trabajo de campo que planteó un panorama similar.

Alumnos de segundo año de la cátedra Nutrición Materno- infantil visitaron escuelas públicas y privadas, primarias y secundarias y pudieron constatar que alrededor de la mitad de los chicos iban en ayunas o con un menú insuficiente.

“Esto ocurre en todos los estamentos, los de clase alta dicen que se descomponen o que no tiene ganas y los chicos que van a públicas saben que les dan merienda o colación en la escuela”, comentó la decana de esta facultad y titular de la cátedra, Cecilia Llaver.

Desconcentrados

Para los niños que van al colegio por la mañana, las primeras horas son de mucho rendimiento ya que llegan descansados; sin embargo, tal capacidad no puede aprovecharse si se han pasado varias sin comer o no se han recibido los nutrientes necesarios para encarar la exigencia con éxito.

“El hecho de no desayunar hace que el chico esté con sueño, además muchos no cenan o cenan poco, por lo cual el desayuno es un combustible necesario. Tienen menor poder para retener aquello que se les enseña, si tienen un examen está comprobado que rinden menos, no pueden concentrarse y esto repercute en el rendimiento académico”, explica Lizanti.

Por ello, Britos asegura que “no desayunar o hacerlo de manera precaria se relaciona con oportunidades perdidas en el proceso de aprendizaje”.

Los docentes en los colegios reconocen que al momento del recreo los chicos se aglutinan frente al quiosco para comprar lo primero que ingerirán en el día y que esto por otra parte les lleva gran parte de ese tiempo que deben dedicar a relajarse.

Además, al ser quienes toman la decisión de lo que comprarán, suelen preferir alimentos menos saludables que son los que más les gustan. Tema aparte es la oferta de productos propuesta por los comercios escolares, pese a que desde hace años se plantea la necesidad de avanzar en la “merienda saludable”, sin demasiadas concreciones aún.

La licenciada Lourdes Sánchez, secretaria académica de la Facultad de Ciencias de la Nutrición, mencionó que el desayuno “constituye entre 20% y 25% de las calorías que deben ingerirse a lo largo del día. Cuando llega la hora del desayuno, el organismo lleva entre 10 y 12 horas sin recibir ningún alimento.

Por esto, es importante comenzar el día con un desayuno completo que asegure el aporte de nutrientes para no tener déficits de glucosa durante la mañana que puedan repercutir de forma negativa en el rendimiento físico y escolar”.

Pocos lácteos

Llaver indicó además que se deben cubrir dosis importantes de calcio porque en el almuerzo y la cena esto no se hace. Señaló que un niño en edad escolar necesita 800 mg de calcio diarios ya que “se encuentra en pleno crecimiento, edad en que se conforma la densidad ósea para la adultez, si no se cubre luego serán personas con problemas óseos o fracturas a repetición”.

Entre dos tercios y 70% de su ingesta proviene de los lácteos. En tanto la leche líquida representa la mitad del calcio lácteo y el desayuno aporta entre 60% y 70% del total de leche líquida. Por ello, un desayuno sin leche o con poca compromete seriamente la posibilidad de cubrir la recomendación de calcio.

Para aquellos niños que no quieren consumirla es una buena opción un sánguche con queso, ya que de esa manera también hay un aporte de hidratos de carbono.

Los profesionales coinciden en que no desayunar es un mal hábito adquirido en el marco de la familia y desde ese ámbito debe modificarse. “La omisión o baja calidad del desayuno es uno de los hábitos alimentarios inadecuados más frecuentes en la población en general y en los escolares en particular”, afirma Britos.

Salvemos el desayuno

Sergio Britos indica en su informe que hay bastante acuerdo en que un desayuno aporte entre 250 y 300 kcal (aprox. un 15% del requerimiento energético diario). Esta ingesta debe estar compuesta por al menos una porción de lácteos (250 cc o un pote de yogur), otra de fruta y entre 100 y 120 kcal provenientes de alguna forma de cereal (aprox. una porción dependiendo del contenido energético de cada alimento).

La recomendación y el informe son partes de la campaña de la marca de cacao Nesquik, “Salvemos el desayuno” a la que se sumó.

En el documento elaborado señala algunos aspectos interesantes para tener en cuenta:

1- El desayuno devuelve al cerebro a una condición metabólica que fue progresivamente perdiendo en las horas de sueño; mientras duermen, los escolares tienen una mayor tasa de utilización de glucosa y flujo sanguíneo cerebral y utilización de oxígeno en comparación con los adultos.

También durante las horas de sueño disminuyen las concentraciones de insulina y algunos neurotransmisores. Un ayuno prolongado, una vez que se inició el estado de alerta diurno y aumentan las necesidades de energía, encuentra al sistema nervioso no adaptado aún para utilizar sustratos energéticos alternativos, lo que termina afectando algunos procesos mentales y la realización de actividad física por ejemplo.

2- El desayuno es un vehículo de nutrientes en ocasiones deficitarios y que cumplen un rol en el proceso cognitivo; probablemente el caso más conocido es el vínculo entre la deficiencia de hierro y anemia con algunos tests de memoria y atención visual.

3- Los efectos más descriptos en pruebas que compararon a niños ayunadores y aquellos que no lo son se encontraron en las áreas de la memoria reciente, fluidez verbal, tareas de aritmética o atención. También en la discriminación visual entre objetos.

4- Desayunos menores al 10% del requerimiento energético (menos de aprox. 200 kcal) parecen inducir peores performances en pruebas de creatividad o en memoria de corto plazo.

Recomendaciones

La licenciada Lourdes Sánchez recomendó que un desayuno debe tener la combinación de alimentos de estos 3 grupos:
Harinas/cereales: pan (fresco o tostado), bizcochuelo/budín, cereales en copos, galletas simples no rellenas (biscuits, vainillas).
Lácteos: leche o yogurt (parcialmente descremados) o queso (aportan proteínas, calcio y vitaminas).

Fruta: fresca, entera o picada, jugos con pulpa (aportan vitaminas, minerales, azúcares y fibra).
Atracción. Sugirió planificarlos para que tengan variedad y darles una buena presentación para que sean atractivos. Además, para los niños que sostienen no tener hambre es preferible levantarlos unos minutos más temprano para que hagan antes otras actividades como vestirse, higienizarse o preparar la mochila.

FUENTE : losandes.com.ar