23 de noviembre de 2009

Las dietas bajas en grasas mejoran el humor.

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Las dietas bajas en grasas mejoran el humor.

Hacer dieta generalmente se asocia con esfuerzo, sacrificio, hambre y –por ende- mal humor. Sin embargo, un grupo de investigadores encontró que los regímenes que tienen un bajo contenido en grasas mejoran el humor de quienes lo realizan.
(www.neomundo.com.ar)
Hacer dieta generalmente se asocia con esfuerzo, sacrificio, hambre y –por ende- mal humor. Sin embargo, un grupo de investigadores de Australia encontró que los regímenes que tienen un bajo contenido en grasas mejoran el humor de quienes lo realizan. Por el contrario, los planes que disminuyen los carbohidratos ayudan a bajar de peso pero no generan más sonrisas.
Hoy en día constantemente se diseñan y estudian nuevos tipos de dietas para lidiar con la epidemia de sobrepeso y obesidad. Y con coquetería masculina y femenina. Muchos programas, como la famosa Dieta Atkins, se basan en la restricción en la ingesta de hidratos de carbono y un alto consumo de proteínas y grasa. Este desbalance nutricional genera diversos cambios metabólicos, entre ellos la liberación de cuerpos cetónicos al torrente sanguíneo.
Estas moléculas se producen en el hígado y sirven para suministrar energía al corazón y al cerebro solamente en casos especiales, como una baja en el nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia) o tras un largo ayuno.
Como las dietas que disminuyen la ingesta de carbohidratos generan una situación metabólica particular, el organismo los libera y como consecuencia se logra un descenso en la grasa corporal.
Sin embargo, muchos médicos cuestionan su utilización porque aseguran este mecanismo trae algunas consecuencias capaces de afectar la salud. Además, sostienen que -a largo plazo- no son mejores que las dietas tradicionales para bajar de peso y mantenerse delgado.
Mientras la polémica continúa, los investigadores australianos se abocaron a comparar ambos tipos de programas (los que insisten en alimentos bajos en carbohidratos y los que reducen las grasas), para ver cuán efectivos son para bajar de peso y mejorar el estado de ánimo de las personas.
LA DIETA DE LA SONRISA
Para esto, se trabajó con un grupo de voluntarios con sobrepeso u obesidad, de alrededor de 50 años. Durante 12 meses, la mitad del grupo siguió una dieta restringida en grasas mientras que el resto adoptó un plan con escasos carbohidratos.
En todo este período se realizó un seguimiento detallado de distintos aspectos de su salud, como el descenso en el peso, las funciones cognitivas (como la memoria o el aprendizaje), el estado de ánimo y el bienestar general.
Al concluir el año de estudio se observó que -en promedio- todos habían perdido la misma cantidad de kilos. Las funciones cognitivas también permanecieron iguales, pero la gran diferencia se observó en el humor.
En los primeros dos meses los voluntarios de ambos grupos se volvieron más alegres, pero a largo plazo la situación fue distinta. Mientras que las personas que siguieron la dieta baja en carbohidratos vieron como su estado de ánimo decaía, los voluntarios que cumplieron el régimen con escasas grasas mantuvieron el buen humor.
Los investigadores consideran que si las dietas con pocos carbohidratos afectan negativamente el estado de ánimo de la persona que la sigue, entonces esto –posiblemente- bloquee los efectos positivos que logra a la hora de bajar el peso.