11 de junio de 2014

El tomate previene infartos.

Priorizan aumentar consumo de tomates en pacientes cardíacos y como preventivo.

Las virtudes del tomate como cardiopreventivo, están dadas por el “licopeno”, un componente de la fruta originaria de América, que debe ser consumido incluso en forma de pastillas, para quienes no toleren o no tengan a su alcance el tomate fresco o en conserva.

Los estudiosos de Cambridge descubrieron el nexo entre el licopeno y la salud cardiovascular, cuando analizaban las razones por las cuales la “dieta mediterránea” propia de los pueblos del sur europeo, puede ser responsable que en toda la faja costera existan menos infartos y afecciones cardiovasculares que en el resto del continente.

El licopeno como antioxidante de primer nivel.

Los especialistas afirman que el licopeno es un antioxidante que opera hasta 10 veces mejor que la vitamina E, uno de los más populares. Los analistas, que aún no logran acordar los mecanismos que permiten al licopeno sus virtudes, evalúan si realmente existe además una relación entre las formas de consumir la fruta-verdura y el resultado buscado. En principio el tomate en forma de puré, o como salsa y acompañado por aceite de oliva, potenciaría definitivamente sus condiciones.

De momento han establecido que el licopeno es capaz de ensanchar los vasos sanguíneos en hasta un 53%, algo de importancia vital en los ataques cardíacos y cerebrovasculares, donde la constricción del paso arterial suele ser el factor determinante.

“Hemos demostrado que el licopeno mejora la función de los vasos sanguíneos en los pacientes con enfermedad cardiovascular, una información que refuerza la necesidad de que las personas con riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular sigan una dieta saludable. (…) Tomar diariamente la ’píldora de tomate’ no es en sí un sustituto de otros tratamientos, pero puede proporcionar beneficios adicionales cuando se toma junto con otros medicamentos. Sin embargo, no podemos responder si esto puede reducir las enfermedades del corazón, para ello necesitaríamos ensayos mucho más amplios con el fin de investigar los resultados más detalladamente”, explicó el especialista Joseph Peritan, a cargo del estudio publicado en la revista Plos One.

FUENTE: Pil