4 de septiembre de 2009

Convulsiones


Llamamos convulsiones a las contracciones enérgicas e involuntarias de los músculos esqueléticos del organismo secundarias a descargas cerebrales originadas por una irritación de centros nerviosos motores. Son de comienzo súbito y generalmente de corta duración. Pueden ser:


Tónicas: Son contracturas persistentes de los músculos que al tocarlos dan la sensación de estar endurecidos.
Clónicas: Son contracciones más amplias que originan en las extremidades movimientos de flexión y extensión.


Ambos tipos pueden coincidir, como ocurre en el llamado ataque epiléptico.


¿Cómo pueden ser las convulsiones?
Pueden ser:
Generalizadas: Afectan a todo el cuerpo
Parciales: Afectan a un miembro o a una parte del cuerpo


Por si solas no son una enfermedad, sino la manifestación de un trastorno de la función cerebral que se expresa de forma súbita.


Gran cantidad de procesos o enfermedades pueden acompañarse de convulsiones:


Meningitis, encefalitis, tétanos...
Hipoglucemias
Intoxicaciones: Alcohol, plomo...
Falta de oxígeno en el cerebro
Alergias a medicamentos
Traumatismos cerebrales
Aumento de la temperatura: Fiebre, insolación
Epilepsia, tumores cerebrales





Por todo ello deducimos que toda convulsión, aunque haya cedido, debe ser estudiada por el médico para que pueda diagnosticar su causa.





Características del ataque epiléptico
Aura o sensación premonitoria de la crisis; pueden ser movimientos de masticación, chasquido de los labios, alucinaciones olfatorias o visuales, contracciones localizadas en un músculo...
Grito inicial.
Pérdida brusca de conciencia.
Caída fulminante al suelo.
Convulsión tónica durante uno o dos minutos.
Rigidez del cuerpo.
Detención de la respiración con aparición de color azulado en labios y cara, la cianosis.
Convulsión clónica durante dos a cuatro minutos.
Sacudida de los músculos de la cabeza, tronco y extremidades.
Golpe de la cabeza contra el suelo.
Abrir y cerrar de párpados.
Espuma por la boca.
Mordedura de la lengua que puede sangrar.
Movimientos de extremidades.
Puede haber incontinencia de orina y heces.


Tras el ataque aparece:


Somnolencia.
Dolor de cabeza.
Dolor muscular.





Al despertar, el enfermo no recuerda nada.


Recomendaciones en la atención del ataque epiléptico
Dejar a la víctima acostada en el suelo.
No tratar de cortar el ataque.
Evitar que la víctima se autolesione colocándole un objeto blando debajo de la cabeza, retirando objetos cercanos, metiendo un objeto blando entre los dientes para que no se muerda la lengua...
Aflojar las vestiduras, sobre todo en el cuello y la cintura.
Ladear la cabeza si presenta vómitos.
Trasladar al hospital tras el ataque o pedir ayuda especializada.


Debido a las características del ataque epiléptico, deberemos tener en cuenta que no será aconsejable conducir vehículos, realizar deportes de riesgo como buceo, etc.





Convulsiones en los niños
En los niños son frecuentes las convulsiones por distintas causas:
Hipertermia o fiebre elevada.
Infección: Meningitis, encefalitis, otitis...
Alteraciones metabólicas: hipocalcemias, hipoglucemias, falta de vitaminas...
Convulsiones debidas al dolor y las emociones.
Espasmos por sollozo: Antes de la convulsión hay cianosis; el niño se pone primero pálido y luego azul.


Casi todas ellas, salvo las debidas a epilepsia, suelen desaparecer hacia los tres años de edad. La atención al niño con convulsiones es en líneas generales igual que en el adulto; en los casos en los que sean debidos a fiebre muy elevada, deberemos bajar la temperatura con paños de agua fría en la cabeza, friccionando con alcohol el pecho y los miembros. En el espasmo del sollozo, soplarle en la boca, subirlo y bajarlo cogiéndolo por los brazos; saber que este es un proceso banal.




Fecha de publicación: Agosto 2000

Dr.Jorge Juan Fernández López.
Médico UVI Móvil de Zaragoza, Servicio 061 Aragón